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viernes, 24 de febrero de 2012

Protesta Estudiantil

Existe la obligación de comentar algo tan evidente que resulta hasta molesto, nos encontramos a diario con personas, medios de comunicación y periodistas, que sin mencionar los motivos reales que han llevado a los estudiantes a protestar en la calle, se limitan a convertir el problema en un mero asunto de corte de calle sin permiso, que crea molestias innecesarias al resto de ciudadanos y por ello tienen merecido recibir algún que otro porrazo.

Alguien se acuerda de las veces que se cortan las calles o se desvía el tráfico, solo en campaña electoral para que nuestros importantes candidatos, no tengan problemas para aparcar, pasear entre la gente o para que sus Sedes tengan despejada la entrada y salida de sus comitivas.

No somos conscientes que justamente en Valencia, las calles se cortan mucho antes de poner las Fallas, se cortan incluso avenidas para que pasen los coches oficiales de autoridades que acuden a sus festejos y todo esto lo vemos normal como valencianos, aunque a todo el mundo les provoca inconvenientes.

El verdadero problema está en la doble moral del poder, a la gente de a pie, por desgracia y lamentablemente la historia lo confirma, siempre hemos conseguido nuestros derechos a base de fastidiar al vecino y sin embargo un político desde su despacho, es capaz de conseguir sus objetivos, mandando a 5 millones de personas al paro, provocando a muchos ciudadanos penurias para llegar a fin de mes, mermando la calidad de la educación y sanidad pública, gastando y endeudando a diestro y siniestro sin tener firmado ningún cheque en blanco, etc.

¿A quién se le debería pedir ejemplaridad en su comportamiento?, al estudiante o al político.


jueves, 16 de febrero de 2012

Para los Nacionalistas


Si  por algo me alegro de las mayorías absolutas en el Gobierno, es porque los Partidos Nacionalistas están más pelotas que nunca.

En épocas de crisis, los Nacionalistas no tienen razón de ser, debido a que las personas pasamos a tener otras prioridades más básicas y necesarias, como el Trabajo, la Salud y la Educación, no estamos para prestar atención a los Auto-Problemas que generan dichos partidos, creando unas diferencias que justifiquen su existencia.

Hasta que la situación actual no mejore, sinceramente no estamos para perder el tiempo en tonterías de identidades, independencias, ni en derechos ancestrales. Ahora más que nunca necesitamos canalizar nuestros esfuerzos en las personas por encima de afiliaciones y creencias, pues de vez en cuando parece que se olvida que todos los habitantes de nuestras diferentes Comunidades Autónomas, tenemos los mismos problemas, el Paro, llegar a Fin de mes, poder pagar los Medicamentos, la Hipoteca y que nuestros hijos tengas una Educación y Formación que les facilite su futuro.

Por favor Señores Políticos, menos perder el tiempo en chorradas y más empeño en solucionar los problemas, que para eso les pagamos.

martes, 7 de febrero de 2012

La Empresa Pública

Lo de Spanair no tiene nombre y es un claro ejemplo de que nuestros dirigentes hace tiempo que perdieron el norte. Políticos y Empresarios, todos ellos amiguetes, deciden apostar por una Aerolínea propia de Cataluña, pero sin arriesgar un duro, todo lo arriesga el catalán de siempre.

Esto me obliga a recordar a aquellos que lo han olvidado, el sentido y fundamento que tiene la Empresa Pública.

El ciudadano no necesita, por poner algunos ejemplos,  aerolíneas, ni mataderos, ni campos de golf públicos, de eso ya se encarga el ámbito privado, pues no dejan de ser un negocio, la Empresa Pública tiene que cubrir las necesidades del ciudadano, que por el hecho de no ser rentables, no crea la empresa privada, siendo esta su razón de existir, el ciudadano entendería y comprendería que fueran deficitarias.

Actualmente casi todas las empresas públicas innecesarias están en números rojos, debido a que sus gestores son cargos políticos, acomodados por la seguridad que ofrece el dinero público, sin olvidar que perjudican seriamente a la empresa privada por su competencia desleal y situación de privilegio en el mercado.

España no es una gran empresa al servicio de nuestros políticos, sino al revés.